En el proceso, la luz azul, verde y violeta se dispersan por las moléculas de la atmósfera. Esta es la razón de que solo veamos el amarillo, naranja o rojo.
En esta imagen lo vemos gráficamente. La flecha roja es la distancia de atmósfera que recorre la luna cuando está encima de nosotros, y la flecha azul es la distancia que recorre al estar en nuestro horizonte: ¡unas tres veces más de atmósfera para llegar a nuestros ojos!
La luna puede tener un color anaranjado en cualquier época del año. Algunas veces este fenómeno ocurre incluso cuando la luna se encuentra perpendicular a nosotros, por causa del polvo, humo o polución en la atmósfera. El tamaño de estas partículas determina el color con que veremos la luna.
Durante los eclipses lunares, podemos verla de un color más rojizo debido a la dispersión de la poca luz que hay en la atmósfera con las partículas del aire.